lunes, 7 de septiembre de 2015

El dentista de Minnesota que mató al famoso león Cecil dice que la caza fue legal

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El dentista de Minnesota que mató al famoso león Cecil dice que la caza fue legal
Walter Palmer ha dado su primera entrevista en la que ha defendido su actuación y ha dicho que va a volver al trabajo
Javier ansorena
El pasado julio, con la tensión informativa relajada por el verano, Walter Palmer se convirtió en el hombre más odiado del mundo . El diario británico «The Telegraph» había descubierto que este dentista de Minnesota era el cazador que había abatido a Cecil, el león más famoso de Zimbabue (en un principio, se sospechó de un cazador español).
Palmer, de 55 años, desapareció del mapa: cerró su clínica, se recluyó entre familiares y amigos y solo emitió un comunicado en el que argumentó que la caza del león fue legal.
Palmer sale ahora por fin a la luz en una entrevista concedida al diario local «Minneapolis Star Tribune» y a la agencia AP, en la que defiende su actuación y anuncia que volverá hoy al trabajo.
«Todo se hizo de manera correcta Esto fue una caza legal de un león en Zimbabue», insistió el cazador. El Grupo de Trabajo para Conservación de Zimbabue aseguró en julio que Cecil, que llevaba un collar de seguimiento porque era parte de un estudio científico, fue conducido fuera de un parque nacional hasta un terreno privado y disparado con una flecha. Pero resistió herido cuarenta horas, hasta que los cazadores volvieron a dar con él y le dispararon con un rifle. Después fue despellejado y se le cortó la cabeza. Los cazadores también intentaron destruir el collar de seguimiento, según el grupo conservacionista.
Palmer defiende que remató al león con otra flecha, no con un arma de fuego y que tardaron menos de cuarenta horas en dar de nuevo con Cecil, aunque no especifica el tiempo. También asegura que no vieron el collar de seguimiento porque era de noche y por la melena abundante del felino y que, en cualquier caso, no es ilegal matar a un león que lleva ese dispositivo.
En la entrevista, en la que estuvo escoltado por un abogado y por un consultor de comunicación, el dentista constató que no había ninguna alegación oficial sobre su conducta en el caso.
Palmer explica que no ha estado escondido todo este tiempo, sino que prefirió mantener un perfil bajo por «cuestiones de seguridad» que afectan a su familia. Su mujer y su hija han sido amenazadas en las redes sociales. «No puedo entender el nivel de humanidad al atacar a personas que no han tenido nada que ver con esto», criticó.
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