martes, 18 de agosto de 2015

Tianjin homenajea a las víctimas bajo la amenaza de la lluvia

Tianjin homenajea a las víctimas bajo la amenaza de la lluvia
Algunos de los productos tóxicos almacenados son altamente inflamables en contacto con el agua
Efe
Tianjin ha celebrado este martes varios actos de homenaje a las víctimas de las explosiones que el día 12 causaron al menos 114 muertes, mientras continúan en ese puerto del norte de China las protestas de vecinos que han perdido sus hogares y exigen tanto compensaciones como castigos a los culpables. Las previsiones de lluvia sobre la ciudad amenzan con complicar la situación.
Hay miedo a que las lluvias y tormentas que se avecinan, según las previsiones meteorológicas, extiendan los materiales contaminantes por la zona portuaria e incluso generen nuevas explosiones, ya que algunos de los productos tóxicos almacenados son altamente inflamables en contacto con el agua. En la noche del lunes y la mañana de este martes han caído ligeras lloviznas que no han causado esos efectos, aunque las inquietudes de los expertos no han disminuido.
Quejas de los afectados
Seis días después del accidente, como manda la tradición funeraria china, autoridades, cuerpos de seguridad y vecinos se ha concentrado en las cercanías de la zona del siniestro para recordar a los fallecidos con minutos de silencio, crisantemos blancos (flor de luto oriental) y pancartas de homenaje. Entre los participantes se encontraban muchos bomberos y algunos han vertido lágrimas en recuerdo a las decenas de compañeros muertos en las horas iniciales del siniestro, cuando intentaban apagar el incendio de la primera de las explosiones y se encontraron una segunda deflagración mucho mayor.
Al acto de este martes se han unido muchos barcos mercantes del puerto de Tianjin, uno de los más activos del mundo, que han hecho sonar sus alarmas con estruendo, en un día en que no ha habido cambios en el recuento provisional de víctimas, pese a que 57 personas siguen desaparecidas tras el desastre. Poco después, en el Hotel Mayfair, a escasos kilómetros del puerto y donde las autoridades locales han establecido su oficina de información sobre el accidente, varias decenas de personas que han perdido sus hogares o no se atreven a volver por temor a la contaminación han vuelto a celebrar protestas.
«El Gobierno no nos da explicaciones, sólo nos dice que elijamos un representante para mantener negociaciones», ha indicado a EFE uno de los manifestantes más jóvenes, Yang Bolin, cuya vivienda se encuentra a unos mil metros de la zona de la explosión. «Las autoridades no nos han propuesto por ahora ningún plan de compensación, ni tampoco nos consuelan mucho. Nos sentimos desprotegidos», ha asegurado Yang, quien también ha lamentado la poca atención de los medios a sus problemas.
Muchos residentes en la zona afectada, entre los que se encuentran buena parte de los 700 heridos en el desastre, se quejan de que no tenían conocimiento de que en el almacén siniestrado guardara materiales peligrosos, que causaron una explosión equivalente a la de 21 toneladas de dinamita. También argumentan que muchas casas estaban a menos de un kilómetro de la zona de la explosión, incumpliendo los niveles mínimos de seguridad.
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